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Hunter Lovins: "El error más grande de los países es pensar que los recursos son inagotables"

Publicado 2012-08-21 - porAdmin

Su meta es tan ambiciosa como visionaria: lograr prácticas sustentables en las empresas del mundo de aquí al 2017. “Si no se hace nada para esa fecha, la temperatura de los océanos subirá seis grados y estará todo perdido”. Hunter Lovins dice que, para entonces, el mundo habrá perdido la oportunidad de gastar apenas el 5% del PIB mundial para prevenir los efectos del cambio climático. “Y deberá desembolsar el 20% para paliar sus daños”, asegura al teléfono desde Colorado, EE.UU., a días de llegar a Chile para dictar una charla en la premiación del concurso Green Start Up 2012.

Lovins es un ícono de los negocios verdes y el rostro del desarrollo sostenible en el mundo. Esta abogada y socióloga, calificada en 2000 por la revista Times como “Héroe del Planeta”, ha batallado los últimos 30 años, desde el Rocky Mountain Institute y la consultora Natural Capitalism Solutions, así como dando charlas donde están quienes definen el curso del mundo: en el Congreso de EE.UU., en el Foro Económico Mundial y en la ONU, entre otros.

Pese a eso, su punto de vista es claro: son las empresas -y no los gobiernos- las que deben guiar las transformaciones para afrontar el cambio climático. “Desde (la cumbre del clima de 2009 en) Copenhague los gobiernos están fallando. Es tarea de los emprendedores entonces hacer las cosas bien y darse cuenta de que el mundo está en una pendiente”, afirma.

Lovins no es de las activistas que se quedan en la queja o el discurso. Se ha empeñado en demostrar que no sólo es posible conducir un negocio y cuidar el medioambiente, sino que es necesario. Por eso, en 1999 fue coautora del libro Natural Capitalism, donde se cimentaron los principios de sus ideales: la próxima revolución no será guiada por las industrias, sino que por los recursos naturales. “Vivimos en un futuro incierto con situaciones que dejan poco rango para optar”, dice. “Estamos en un mundo de una crisis climática global, inestabilidad económica y siete mil millones de personas. Y las consecuencias ya se están viendo”.

Para Lovins, el camino es evidente: adaptar todo el proceso productivo a uno que haga un uso efectivo de los recursos. Algo que puede parecer costoso al comienzo, pero que a la larga conviene. “El primer paso debe ser siempre la eficiencia energética. Mientras menos se dependa del combustible fósil, más ganancias se tendrá con los años”.

Este año, por ejemplo, con su consultora trabajaron con una fábrica de tortillas de California. La pequeña empresa quería vender sus productos a Walmart, pero la cadena de retail exige una evaluación ambiental que la mediana compañía no pasaba. “Cambiamos las luces (por unas energéticas) y los hornos y todos los desechos son reutilizados de alguna forma”. Ahora la empresa, además de poder vender a una cadena gigante, ahorra 175 mil dólares al año.

En 1965, el gobierno de los EE.UU. encargó un estudio sobre energía. El resultado decía que era necesario hacer una transición a energías renovables. No se hizo. Ahora Lovins espera que los países que visita no cometan los mismos errores que el suyo. “El error más grande es pensar que porque tenemos un recurso hay que agotarlo todo”, dice. Por eso cree que los países en vías de desarrollo, como Chile, están en una posición privilegiada, ya que pueden comenzar a hacer las cosas bien desde cero con tecnología del siglo XXI. “Es más lo que nosotros en el norte podemos aprender del sur de lo que yo puedo venir a enseñarles”, dice.

Fuente: www.latercera.com